Domaine de Labeiller Saint-Victor-de-Malcap

El Gard ofrece miles de posibilidades de visitas. Al pie de los Cévennes, tome el tren a vapor, deténgase en Prafrance y disfrute de un gran bosque de bambúes gigantes. La región ofrece un soplo de aire estimulante, ideal para largos paseos. En cada sendero, respire el tomillo, el romero, la lavanda y el serpolet, escuchando el canto de las cigarras.
En cuanto a la arquitectura, pequeños puentes, capillas y terrazas reflejan el alma del país y hacen de la Voie Régordane un verdadero camino de tolerancia. A varios kilómetros no olvide el puente del Gard, mundialmente conocido. A 400 metros del monumento, un espacio rinde homenaje al ingenio de aquellos que construyeron el acueducto de casi 50 km y que atraviesa el Gardon. No olvide otros lugares, comenzando por el golfo de Espélugues, especie de embudo en escalera, cruzado por las aguas de evacuación, donde prolifera una rica vegetación.
En cuanto a Mont Bouquet su cima, llamada "le guidon du Bouquet", se eleva a 631 metros y desde la cual disfrutará un panorama grandioso. Sin olvidar el río subterráneo de Bramabiau, las fosas de Fournés (paisaje lunar resultado de una importante sedimentación arcillosa, moldeada por la erosión), las carreras de Junas o incluso las grutas de Trabuc. Descienda en la región y descubra Nîmes y sus arenas, donde resuenan aún los clamores de la alegría romana. Pare a degustar una brandada de bacalao, especialidad local. Próximo al mar Mediterráneo, descubra la Camargue y sus paisajes paradisíacos. En los departamentos vecinos, no olvide el festival de Aviñón en julio y el panorama desde lo alto del viaducto de Millau, en cualquier temporada.