Campings populares en Castilla La Mancha
Un camping muy popular en Castilla La Mancha es Mirador de Cabañeros, emplazado en Horcajo de los Montes, en las cercanías del Parque Nacional de Cabañeros. Este camping cuenta con piscina cubierta, bar, restaurante, polideportivo y una zona de juegos para niños.
Otra muy buena alternativa es el camping Castilla La Mancha Los Batanes, ubicado entre las lagunas Redondilla y San Pedro. El camping cuenta con zona para deportes, piscina, bar y restaurante. Además, durante la temporada estival, se organizan animadas actividades para niños.
Además de los campings, otros alojamientos populares en Castilla La Mancha son los hoteles rurales y los famosos paradores. Si buscas una experiencia hogareña, una buena conversación con los locales y disfrutar de la gastronomía local, los hoteles rurales son sin duda tu mejor opción.
Los tradicionales paradores son la mejor alternativa para quienes buscan disfrutar de patrimonio histórico. Se trata de hoteles que han sido instalados en edificios patrimoniales, alguno de ellos muy antiguos. Los más famosos incluyen el Parador de Singüenza, construido en un castillo que data de siglo XII, y el Parador de Cuenca, cuyo edificio data del siglo XVI.
La gastronomía de Castilla La Mancha destaca por su sencillez y el origen campesino de sus platos. Obligatoriamente, el visitante debe degustar los famosos hartatunos, una suerte de puré elaborado a partir de pan tostado, pimentón y patatas, así como también las llamadas “migas ruleras”, en las que se recicla el pan endurecido, dorándolo al sartén con tocino, longaniza y otros productos de cerdo, ajo y aceite de oliva.
Típico de esta zona es, también, uno de los quesos más famosos en todo el mundo: el machengo, elaborado a partir de leche de oveja de esa raza.
El clima en Castilla La Mancha es seco y árido, con precipitaciones irregulares. En verano, las temperaturas medias superan los 26 grados, mientras que invierno se ubican alrededor de los 6. Las lluvias no son habituales durante la temporada estival.
Una visita obligada en Castilla La Mancha es el Campo de Criptana, donde se pueden apreciar los famosos molinos que el Quijote confunde con gigantes. Hay diez molinos en total, de los cuales tres datan del siglo XVI. Los demás fueron añadidos modernamente y, al interior de la mayoría de ellos, funcionan museos dedicados a literatos notables de la cultura hispánica.
En Guadalajara es posible visitar el Parque Arqueológico de Recópolis, que alberga las ruinas de una ciudad originalmente visigoda y, luego, poblada por andalusís y cristianos. Un viaje que te llevará desde el siglo VI hasta el XVII, acercándote a capítulos esenciales de la historia de España.
Si te gustan los buenos vinos, Castilla La Mancha también te invita a hacer una visita a sus bodegas. La mayoría de los vinos de la zona cuentan con denominación de origen y las bodegas ofrecen visitas guiadas y tours diversos.
Para quienes disfrutan del avistamiento de aves, la Reserva Natural de la Laguna del Marquesado es una visita obligada. Emplazada en Cuenca, las condiciones de humedal de la zona la hacen un hábitat ideal para aves forestales, tales como el azor, el gavilán y el águila calzada. Se pueden encontrar, además, aves acuáticas.
El Carnaval de Alcázar de San Juan, en Ciudad Real, se realiza en diciembre. El visitante podrá disfrutar de los desfiles de comparsas, carrozas y máscaras. Tradicionalmente finaliza el día 28 de diciembre, con el famoso Entierro de la Sardina, en el cual se hace una procesión de luto y, finalmente, se quema la estatua de la sardina.
La Feria de Albacete es otra de las celebraciones populares de Castilla La Mancha. Se realiza habitualmente en septiembre y comienza con una cabalgata de apertura, con desfile de trajes regionales. En "La Sartén”, recinto donde se monta la feria propiamente tal, se puede disfrutar de espectáculos diversos, música y comida tradicional, así como también acceder a juegos de entretenimiento.
En un viaje con niños, Castilla La Mancha ofrece, sobre todo, experiencias al aire libre y avistamiento de fauna y flora autóctona. Es el caso del Parque Nacional Las Tablas de Daimiel, donde se pueden conocer de cerca más de 250 especies de aves, incluyendo numerosas aves acuáticas.
En Cuenca, el Parque Cinegético de El Hosquillo permitirá a los pequeños ver de cerca especies como lobos, osos, cabras montesas, jabalíes y ciervos. Los animales circulan libremente y también se avistan aves tales como el halcón peregrino y el águila real.